Como viene siendo costumbre, las modas son las modas. Entre los años 60 y 70 , las grasas estaba consideradas malignas para nuestra salud y ahora, en el siglo XXI le ha tocado a los carbohidratos. El consumo ‘excesivo’ de este macronutriente ha pasado a un primer plano como el principal responsable de la resistencia a la insulina y, por ende, de la obesidad en general. En este artículo mi intención es abordar de forma simple y clara los beneficios del ejercicio físico a la hora de revertir o, al menos, disminuir la resistencia a la insulina que padecen muchas personas.
Para comenzar, es importante definir qué es la resistencia a la insulina. O, mejor aún, qué es la insulina.
La insulina es una hormona producida por el páncreas que se encarga de regular la cantidad de glucosa presente en la sangre. Como puedes hacerte a la idea, la resistencia a la insulina, se puede denominar como la incapacidad, total o parcial, de influir sobre esa glucosa circulante en sangre, impidiendo su absorción o movimiento.
Habiendo definido ambas cosas de forma muy simple para el entendimiento de todos, es momento de hablar del papel de la actividad física en la aparición de este proceso. Uno de las principales causas de la aparición de esta resistencia a la insulina es la obesidad, siendo ésta producida, en muchos casos, por un sedentarismo prolongado y/ó una mala alimentación, con presencia de muchos alimentos ultraprocesados e ingesta de cantidades de comida por encima de lo necesario.
Entonces, ¿qué es lo primero que debe hacer una persona con resistencia a la insulina? Sencillo, cambiar sus malos hábitos por unos hábitos más saludables (artículo) Espera, ¿dónde vas? ¿Estás pensando lo mismo de siempre no? Otro profesional que viene a decirme que lo que hay que hacer es ejercicio y comer bien. No, esta vez me voy a explayar mucho más que en mi perfil de TikTok (aquí)
El ejercicio físico hace que mejore tu homeostasis de glucosa, aumentando la predisposición de tu músculo a captar glucosa, evitando que continue circulante por tu torrente sanguíneo. Ojo, vamos a hacer varias aclaraciones para no inducir a un error de concepto. Una sesión de entrenamiento que produzca un daño muscular elevado, puede llegar a tener efectos adversos en las horas próximas a esa sesión de entrenamiento (entre 4 y 24 horas) porque el daño muscular que se genera afecta reduciendo la captación de glucosa por el músculo en ese periodo de tiempo, produciéndose una supercompensación pasado ese periodo. Desde el punto de vista de la dieta, conociendo este dato, es interesante que si ocurre este tipo de situación y queremos continuar mejorando nuestro perfil metabólico, evitemos la ingesta de carbohidratos en este periodo de tiempo con el fin de evitar la entrada de más glucosa en sangre.
Además, se ha observado como es interesante que personas en este contexto mencionado, comiencen realizando rutinas full-body porque el aumento en la captación de glucosa se produce en los músculos implicados en el entrenamiento, por tanto, una rutina full-body se sitúa como una de las mejores metodologías para poder desarrollar este tipo de adaptaciones.
A modo de conclusión, lo que me gustaría que entiendas es que el ejercicio físico junto con una dieta saludable, son dos factores con un impacto enorme en nuestra salud, y, en particular, en este concepto tan polémico a día de hoy como lo es la obesidad. Además, son dos cosas que dependen exclusivamente, en la gran mayoría de los casos, de nosotros, de nuestra fuerza de voluntad y nuestra capacidad de elección.
Por tanto, cuando te toque elegir, siempre elige moverte.
Te deseo que pases un buen dia y espero haberte aportado contenido útil.
Un abrazo